Acogida: carta de ánimo

Con motivo de la llegada a Sevilla de los 633 niños de Belarús para su saneamiento dentro del programa de acogida de diferentes Hermandades --entre ellos Aliaksandr Dmukhouski, al que alojaremos en Guadalcanal en colaboración con la de la Sagrada Cena de Sevilla--, Borja León, responsable del programa en la citada Hermandad, ha remitido la siguiente nota de aliento a los padres de acogida:
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"Jesús les dijo: el que acoge a un niño como este en mi nombre, a mí me acoge" (Mt 18,5)

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[…] Llegó la hora de la verdad: aquí estamos otro año más en esta bendita locura que no sé quien nos ha metido en el cuerpo y nos tiene todo el año pensando en bielorruso. Ya me conocéis y yo siempre lo digo y lo diré: Dios está detrás de nosotros, si no, esto sería imposible, Él se encarga de nosotros, simples obreros del Reino, para que todo de forma consciente o inconsciente lo hagamos por y para El; lo único que tenemos que hacer es ser responsables, honestos, pensar en nuestros actos y buscar siempre lo mejor para el niño de acogida sin variar demasiado nuestras costumbres para que los demás miembros de la casa se sientan también parte de esta bendita locura.

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Por delante nos quedan 42 días de muchas sensaciones nuevas, extrañas, que nos gustan y no nos gustan, agradables o menos agradables, que las esperábamos y ante las que nos plantearemos muchas cosas. Pues bien, pensad siempre en el menor, en su situación, en su vida, en su familia, la que tiene y por supuesto a la que ama y desea volver para contarle lo maravillosos que son los españoles, los hombres, las mujeres y los niños, el mar, las flores y hasta los pajaritos que en agosto ni cantan, todo nuevo para ellos. Disfrutad cada minuto con el menor como si fuera el último de esta acogida, observadlo, mimadlo, queredlo y abrazadlo si ellos quieren. Dios que esta detrás, todo lo ve, lo siente y lo percibe. "LO QUE HAGÁIS CON UNO DE ESTOS LO ESTÁIS HACIENDO CONMIGO".

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Recordad que detrás tenéis un equipo humano deseando colaborar en lo que haga falta: no dudéis en hablar, quedar, charlar lo que queráis pero, por favor, no os calléis, queremos ser partícipes de vuestra acogida, de vuestras experiencias, de sinsabores y satisfacciones; al menor contratiempo llamad a Irina que siempre está dispuesta para lo que haga falta; pero insisto: hay que contarlo, es fundamental esa unión familia-monitora-Hermandad.

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Para terminar la mejor forma de hacerlo es con unos renglones que se me quedaron grabados de una familia de acogida donde resume perfectamente esta bendita locura.

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...Gracias a Dios y a este "angelito" por ofrecernos momentos increíblemente buenos e inolvidables, por venir a enseñarnos tantas cosas, por hacernos recordar otras que a veces tenemos olvidadas...

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Mis mejores deseos durante la acogida.