Página de información y opinión de los hermanos y hermanas de la Real e Ilustre Hermandad del Santísimo Sacramento y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo de las Aguas, el Señor Sentado en la Peña y Nuestra Señora de los Dolores (Guadalcanal).
Sigue puntualmente toda la actualidad de la Hermandad a través de nuestra cuenta de Twitter: @LasTresHoras

domingo, 9 de diciembre de 2007

REFLEXIÓN | "¿Feliz Navidad?"

Me ha parecido interesante, para comenzar la semana, compartir con vosotros estos párrafos de un artículo que escribió hace unos años Antonio Gala, titulado ¿Feliz Navidad?.
.
De cuanto tenemos, o podríamos tener, nada hay tan esencial como la vida. Nacer, en sí, siempre es hermoso y bueno. [...] Nacer es ingresar en la incontable hermandad de los hombres, en la impaciente y larga búsqueda del amor, en el fervoroso deseo de la verdad. [...] Un nacimiento habría de ser siempre una ocasión de gozo; una renovación de la eterna esperanza [...]. Quizá no sea otro el simbolismo de la Navidad: alguien infinito que nace para compartir.
.
[...] Cuarenta millones de personas mueren al año de hambre. Diecisiete millones de ellas son niños. No han cometido más falta que estar vivos. ¿No aterra? ¿No estremece? ¿Qué mundo, sordo y ciego, es este, que se dispone cada año, volviendo la cabeza, a celebrar su Navidad? ¿Qué Navidad es la que celebra este mundo ensangrentado, egoísta, insolidario, devorador, materialista, estúpido? ¿En qué sinceridad podrá creerse? ¿Qué sinceridad cabe entre los mazapanes, Papa Noel, los espumillones, el abeto, el belén, los Reyes Magos? ¿Qué monstruosa comedia, autocomplacida y gestera, es la de las campañas navideñas de sentar un pobre a su mesa, o recordar a los negritos, o mandar un par de botellas y un jamón a la parroquia? Dos tercios de los hombres sufren tan sólo por haber nacido. No penas finas, no penas imaginarias, no desazones por llegar más alto, o por ambiciones fracasadas, o por intentos contradichos: sufren por hambre: por hambre de justicia, por hambre de esperanza y por hambre de pan. Ven morir a sus hijos; se ven morir los unos a los otros irremediablemente. Mientras nosotros, en hogares tibios, sin la menor intención de darnos cuenta de esa roja marea de dolor, cantamos villancicos, lanzamos a Dios filiales guiños de complicidad, comemos hasta hartarnos, bebemos hasta hartarnos y celebramos nuestras Navidades.
.
Nacer no es compartir. El sufrimiento de las dos terceras partes de la humanidad no lo comparte la otra. El Dios de amor, que nace para unos, no lo comparten todos. [...] “Con el costo de un misil intercontinental se podrían plantar doscientos millones de árboles, regar un millón de hectáreas, dar de comer a cincuenta millones de niños”.
.
[...] No consintamos celebrar así la natividad de un niño que sólo habló de amor: de renuncia, de entrega, de compasión, de comunión, de amor. Comamos y emborrachémonos hasta caer al suelo, pero sin poner como pretexto al niño de Belén. Porque la inmensa mayoría de los niños que nazcan esta noche tampoco encontrarán, para nacer, un sitio en la posada. Y nacerán también en un pesebre, o en un lugar peor, y no tendrán una mula y un buey que les vahee los pies, ni paja que los abrigue, ni les darán un cuenco de leche los pastores. Mientras ocurra esto, sospecho que no habrá coros de ángeles cantando la gloria de Dios en los cielos y anunciando la paz para los hombres. Lo diga quien lo diga, por muy alto que esté. Me temo que los ángeles no quieran arriesgarse en un mundo donde diecisiete millones de niños se mueren cada año de hambre, al tiempo que se almacenan armas y armas para seguir matando a los que el hambre tenga a bien dejar vivos.

No hay comentarios: