Nos comenta nuestro Tesorero y Mayordomo 2º., José Antonio Maldonado, que en estos días se ha puesto al cobro la cuota especial de sesenta euros que pagan algunas familias --y otros hermanos individualmente— de nuestra Corporación.
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Esta idea –a la que denominamos en su momento Club de los cien— surgió hace años como una forma de colaboración especial de los hermanos para sufragar los gastos que conlleva la existencia de la Hermandad. Por medio de la misma los hermanos que así lo prefieren pagan una cuota anual de sesenta euros, que incluye a su cónyuge e hijos menores de dieciocho años –si los tuviere.
Esta idea –a la que denominamos en su momento Club de los cien— surgió hace años como una forma de colaboración especial de los hermanos para sufragar los gastos que conlleva la existencia de la Hermandad. Por medio de la misma los hermanos que así lo prefieren pagan una cuota anual de sesenta euros, que incluye a su cónyuge e hijos menores de dieciocho años –si los tuviere.
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Son más de cien las familias y hermanos que pertenecen ya a este grupo de “protectores” de nuestra Institución, del que fue principal impulsor nuestro siempre añorado D. Plácido Cote Cárdenas (q. e. p. d.).
Son más de cien las familias y hermanos que pertenecen ya a este grupo de “protectores” de nuestra Institución, del que fue principal impulsor nuestro siempre añorado D. Plácido Cote Cárdenas (q. e. p. d.).
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Desde este punto de encuentro queremos dar nuestras más sinceras gracias a todos ellos por su aportación, que nos permite sacar a flote nuestra Cofradía de una forma relativamente desahogada y nos da la posibilidad de acometer otros proyectos, como el de la casa de Hermandad, circunstancia que no podría llevarse a cabo ciñéndonos exclusivamente a los pagos ordinarios.
Desde este punto de encuentro queremos dar nuestras más sinceras gracias a todos ellos por su aportación, que nos permite sacar a flote nuestra Cofradía de una forma relativamente desahogada y nos da la posibilidad de acometer otros proyectos, como el de la casa de Hermandad, circunstancia que no podría llevarse a cabo ciñéndonos exclusivamente a los pagos ordinarios.
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