Precisamente ella me remitía bien entrada la madrugada un breve comentario que extracto para todos vosotros junto con algunas fotografías (no con demasiada calidad, pero lo importante es el testimonio):
Después de más de un año de espera ¡por fin pudo ser! La cita era a la 7 en la iglesia de los Terceros, sede de la Hermandad de la Sagrada Cena. Allí se encontraba ya la nueva monitora que este año acompaña a los niños, Viktoria, quien, junto a un grupo de niños, había llegado en avión desde Madrid; estaba muy cansada, nos ha contado que en el aeropuerto de Varsovia los niños han tenido que dormir en el suelo esperando el avión que los traía a unos a Madrid y a otros -como es el caso de Sasha- a Barcelona; tampoco les han dado nada de comer, sólo lo que los niños traían de sus casas, y para colmo de males a ella le han extraviado la maleta en el aeropuerto de Sevilla. Una verdadera odisea.
Como este año la llegada de los niños está siendo tan escalonada, la espera ha sido corta: sobre las 8 llegaban a la iglesia y rápidamente han salido corriendo hacia sus familias de acogida. Sasha nos ha recibido a todos con un gran abrazo y ¡cómo no!, con una gran sonrisa. Este momento es único, difícil de explicar, el nerviosismo de la espera deja paso a las emociones y la alegría del instante se nota en la cara de todos. Se reflejaba en sus rostros lo agotador del viaje: veinticinco horas, increíble pero cierto, así que enseguida nos hemos marchado para coger el coche y llegar cuanto antes a nuestro pueblo. Tan cansado venía que no ha podido dormirse hasta después de Cazalla, tras tomar -eso sí- su comida preferida: "lomo a la piancha y faanta limón". Al llegar a Guadalcanal se ha fundido en un gran abrazo con todos los niños que lo estaban esperando: Alejandro, Alberto, Pavel, Alba, Ángel, su hermana Karalina...
Desde aquí quiero dar las gracias a todas las personas que han luchado intensamente y han apostado por el Programa de Acogida, en especial a Enrique Cristely; el año ha sido muy duro pero ha merecido la pena. Ahora sólo nos queda disfrutar con ellos, darles lo mejor de nosotros, que cogan vitaminas con buenos alimentos, mucho sol y muchos baños, así que, amigos, únicamente me queda deciros:"¡QUE EMPIECE EL VERANO QUE YA ESTAMOS TODOS!".
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