
Presentó el acto nuestro hermano José Ángel Fontecha, quien explicó brevemente al público que llenaba casi al completo el cine-teatro en qué consiste el programa de acogida. Posteriormente comenzó la puesta en escena y el desarrollo de la pasión, muerte y resurrección de Cristo con la música de Jesucristo Superstar. Es digna de mención la implicación de todos los colectivos de la Hermandad en este montaje, interviniendo incluso el hermano mayor como uno de los sacerdotes del Sanedrín, un tribunal que completaban José Ramón Muñoz, José Antonio Maldonado, Joaquín Barradas y Rafael Florido.
Es de justicia reconocer el mérito de todas las personas que han participado en la construcción de decorados, de modo especial Miguel Ángel León, Antonio José Gordón y Juan José Gordón; en el maquillaje y peluquería a cargo de Águeda Muñoz, José Miguel Rivero y Manuel Morillo (genial en su papel de Pilato); en el sonido, a José Luis Rincón (eternamente agradecidos); en el vestuario, en la coreografía, en la ambientación en general de la obra. No querría olvidarme de citar a ninguna de las personas que han hecho posible este espectáculo, pero, viendo las fotos que hice es imposible, y por ello hago mención a parte de los niños del coro Inmaculada Concepción, de los integrantes del coro de voces blancas de la escuela de música Vicente Amigo y de la coral Cristo de las Aguas. He dejado para el final a Rafael Perelló, que provocó las risas de los asistentes con su interpretación de Herodes, para agradecerle públicamente su implicación en todo lo que organiza la Hermandad.
Finalizado el acto llegó el momento de los agradecimientos, cuando me cupo el placer de entregar a Puri Muñoz y Loli Llanos un diploma conmemorativo con una foto de los pequeños bielorrusos que, en breve, volverán a estar con nosotros para disfrutar del aire limpio, del sol y de alimentos saludables. Como decía en las escasas palabras que la emoción me permitió articular, se cumplieron dos objetivos: el evangelizador y el caritativo. En nombre de la Hermandad di las gracias a todas las personas que colaboran con su presencia en cuantos actos organizamos a través de la Diputación de Caridad. Y, aunque los niños bielorrusos no estaban presentes, nos hicieron llegar al corazón un par de palabras: Большое спасибо (MUCHAS GRACIAS). Que Dios os lo pague.
He aquí un vídeo con fotografías de la primera parte de la obra (la música falla un pelín: ¡lo siento!):
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