Amigo Manolo, como dices en tu anterior mensaje, “aún a riesgo de convertir este foro en algo personal”, te quiero contestar no como Hermano Mayor, sino personalmente como Manolo Chaparro, un integrante más de tu familia de la Hermandad de “los blancos”.
No merecemos las gracias que nos das, ya que como tu bien dices, somos tu familia de la hermandad de “los blancos” y como familia creo que todo lo que hemos hecho en estos momentos tan tristes para ti no es más que lo que tú te mereces y solo hemos hecho cumplir con nuestra obligación.
Los que formamos esta gran familia si que estamos orgullosos de contar en ella con personas como tú, ya que desde que entraste a formar parte de ella de la mano de nuestros recordados y añorados Manuel López y Plácido Cote, hace ya bastantes años, (¡¡como pasa el tiempo¡¡) siempre has estado al servicio de lo que tu familia de la hermandad ha necesitado de tí, con ese gran corazón e inmensa bondad que posees, aunque muchas veces por la larga enfermedad de tu madre, a la que también tenias que cuidar junto con tu padre y hermano, se te hacia difícil compaginar ambas cosas, pero con gran esfuerzo siempre encontrabas el hueco a la hora que fuera para cumplir con tus obligaciones ya sea como secretario en tu primera etapa, o como diputado de caridad en esta última, sin olvidar otras labores que siempre has hecho con la máxima entrega. Por eso ahora que tu madre estará mirándote y cuidando de tí desde el cielo en compañía del Santísimo Cristo de las Aguas y de su Madre, la Santísima Virgen de los Dolores, estoy seguro que en alguna de las conversaciones que ya habrás tenido con ella te habrá dicho “Manolo, no te separes nunca de tu familia de los blancos”.
¡¡Espero que le hagas caso¡¡
Un fuerte abrazo.
Manuel Chaparro.
No merecemos las gracias que nos das, ya que como tu bien dices, somos tu familia de la hermandad de “los blancos” y como familia creo que todo lo que hemos hecho en estos momentos tan tristes para ti no es más que lo que tú te mereces y solo hemos hecho cumplir con nuestra obligación.
Los que formamos esta gran familia si que estamos orgullosos de contar en ella con personas como tú, ya que desde que entraste a formar parte de ella de la mano de nuestros recordados y añorados Manuel López y Plácido Cote, hace ya bastantes años, (¡¡como pasa el tiempo¡¡) siempre has estado al servicio de lo que tu familia de la hermandad ha necesitado de tí, con ese gran corazón e inmensa bondad que posees, aunque muchas veces por la larga enfermedad de tu madre, a la que también tenias que cuidar junto con tu padre y hermano, se te hacia difícil compaginar ambas cosas, pero con gran esfuerzo siempre encontrabas el hueco a la hora que fuera para cumplir con tus obligaciones ya sea como secretario en tu primera etapa, o como diputado de caridad en esta última, sin olvidar otras labores que siempre has hecho con la máxima entrega. Por eso ahora que tu madre estará mirándote y cuidando de tí desde el cielo en compañía del Santísimo Cristo de las Aguas y de su Madre, la Santísima Virgen de los Dolores, estoy seguro que en alguna de las conversaciones que ya habrás tenido con ella te habrá dicho “Manolo, no te separes nunca de tu familia de los blancos”.
¡¡Espero que le hagas caso¡¡
Un fuerte abrazo.
Manuel Chaparro.
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