"La vida es bella"

"Hoy, al verte sonreír...". Así comienza la canción que nuestro querido Diputado de Caridad, Manolo Rincón, ha elegido para su despedida de Sasha en este blog, y desde que él se fue ese ha sido nuestro mejor recuerdo, querido niño, "el verte sonreír...".

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Ahora todo son recuerdos y pensar en lo que estarás haciendo en cada momento, al comparar tu vida en Guadalcanal con la de Belarús, sólo puedo pensar que:

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"Hoy no te habrás levantado ni a las once, las doce o la una del mediodía, según lo cansado que estuvieras, te habrás levantado al amanecer el día para ayudar a papá Sergey en las tareas del campo, a pisar el trigo con tus pequeños pies, a cuidar de las tres vacas, los dos caballos, o los cerdos y seguro que te habrá quedado tiempo para ayudar a mamá Elena a cuidar de tus cuatro hermanos pequeños, Carolina, Pablo, Nastia y Alexis. A la hora de comer habrás comido lo mejor que mamá os haya podido ofrecer: guiso de patatas y coles por ejemplo, y tú te lo habrás comido sin poner pega alguna, pero de postre sí que no te habrás podido comer cuatro o cinco tajadas de sandía, o cinco manzanas, o peras, porque la fruta es un extraordinario que sólo os podéis permitir en días especiales y sólo una pieza para cada uno. Esta tarde tampoco te habrás ido a bañar a la piscina, simplemente porque este tipo de diversión no existe en tu país; no podrás demostrarle a tus hermanos cómo José Ramón y Joserra te han enseñado a nadar, incluso a bucear con esas enormes gafas que tanto te gustaban. A las ocho y media habrás cenado y sobre las diez de la noche, como muy tarde, te habrás acostado, eso sí, compartiendo cama con Pablo y quizás hasta con Carolina, pero seguro que te habrás dormido pensando que a esa misma hora en Guadalcanal estarías en el bar de Juan, con Rafa, Puri, José Ramón, Loli, y algunos mas, pidiéndole a tu querido Fernando tu famoso lomo a la plancha, fanta limon( 2 ó 3 según la noche) y el correspondiente helado, para después irte a jugar con Joserra y Marta al arenero del palacio hasta bien tarde.

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Vivimos en un paraíso sin darnos cuenta, tenemos todo lo que queremos, nuestros hijos tienen todo lo que quieren y más, y sólo por haber tenido la suerte de haber nacido aquí y no en Belarús.

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La despedida ha sido dura, muy dura, pero nos queda la satisfacción de pensar que con estos cuarenta días que has vivido con nosotros, tu esperanza de vida se ha alargado un año y medio, y ¡eso merece la pena! Querido Sasha, te has ido a tu país pero no de nuestras vidas: en un rincón de nuestra casa están tus cosas recogidas para cuando vuelvas el verano que viene.

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Desde aquí dar las gracias a todas las personas que componen el equipo de acogimiento de niños de la Hermandad de la Cena, especialmente a Enrique, por su amor a los niños y su entrega. Y, cómo no, dar las gracias a la Junta de Gobierno de la gran familia de "los blancos", por su iniciativa, por esta experiencia única, por ser verdadera hermandad viva; las buenas obras hay que demostrarlas con hechos, no sólo con bonitas palabras e intenciones. Gracias a todos los que han demostrado cariño por Sasha, creo que el acogimiento ha sido un poco de todos, y como dice Manolo, él nos ha demostrado que a pesar de todo "la vida es bella".

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NOTA.- Comentario enviado por María Dolores Llanos.