Hace un par de años se recibió en la Hermandad una comunicación por parte de la dirección de la Residencia de Personas Mayores "Hermana Josefa María" de nuestra localidad [en la foto], en la que se nos sugería la posibilidad de que nuestra Estación de Penitencia incluyese la calle Santa Clara dentro de su recorrido, con el fin de que los ancianos allí alojados pudiesen contemplar nuestra Cofradía.
Estudiada minuciosamente la propuesta por la Junta de Gobierno, ésta fue desestimada dadas las complicaciones de organización y de horario que supondría cambiar nuestro itinerario en el Sábado Santo.
Para intentar paliar en la medida de lo posible esta traba, este Diputado de Caridad se puso en contacto hace unos días con la concejal de Asuntos Sociales del Ayuntamiento, María Dolores Gordillo, para consultar si sería posible acercar hasta la plaza de España a todos aquellos abuelos que estuviesen interesados en ver la salida de nuestra Cofradía. Tanto por parte de la Concejalía como de la dirección de la residencia la respuesta fue afirmativa y de absoluta colaboración.
De este modo, en la mañana del sábado se habilitó un lugar reservado mediante vallas frente a la puerta de la iglesia. Posteriormente, a las cinco y media de la tarde, quien suscribe, acompañado por uno de nuestros estupendos colaboradores, Juan Antonio Escote, nos dirigimos a la residencia donde nos esperaba una decena de abuelos a los que --junto a dos auxiliares de la institución y la propia concejal de Asuntos Sociales--, condujimos al lugar de preferencia que les teníamos asignado.
Mientras esperábamos la salida de nuestros Sagrados Titulares tuve la ocasión de regalarles unas estampas con las imágenes del Santísimo Cristo de las Aguas y Nuestra Señora de los Dolores, al mismo tiempo que me hacían partícipe de sus recuerdos y de los sentimientos que les despertaba la Semana Santa. Me causó una especial sensación una señora de Triana que elogiaba fervorosamente a "su" Esperanza.
Desde sus sillas de ruedas o desde otras convencionales sacadas de la iglesia tuvieron la oportunidad de contemplar los pasos de nuestra Cofradía llenos de emoción.
Una vez que pasó delante de ellos la banda de música cerrando el cortejo los trasladamos de nuevo hasta la residencia, donde les esperaba la merienda recién preparada en el comedor.
Ojalá que esta iniciativa que inauguramos el Sábado Santo se convierta en una tradición y que cada año los abuelos de Guadalcanal y de fuera hospedados en la residencia "Hermana Josefa María" tengan la oportunidad de presenciar nuestra Estación de Penitencia. Ni que decir tiene que el abajo firmante pondrá todo su empeño.
Estudiada minuciosamente la propuesta por la Junta de Gobierno, ésta fue desestimada dadas las complicaciones de organización y de horario que supondría cambiar nuestro itinerario en el Sábado Santo.
Para intentar paliar en la medida de lo posible esta traba, este Diputado de Caridad se puso en contacto hace unos días con la concejal de Asuntos Sociales del Ayuntamiento, María Dolores Gordillo, para consultar si sería posible acercar hasta la plaza de España a todos aquellos abuelos que estuviesen interesados en ver la salida de nuestra Cofradía. Tanto por parte de la Concejalía como de la dirección de la residencia la respuesta fue afirmativa y de absoluta colaboración.
De este modo, en la mañana del sábado se habilitó un lugar reservado mediante vallas frente a la puerta de la iglesia. Posteriormente, a las cinco y media de la tarde, quien suscribe, acompañado por uno de nuestros estupendos colaboradores, Juan Antonio Escote, nos dirigimos a la residencia donde nos esperaba una decena de abuelos a los que --junto a dos auxiliares de la institución y la propia concejal de Asuntos Sociales--, condujimos al lugar de preferencia que les teníamos asignado.
Mientras esperábamos la salida de nuestros Sagrados Titulares tuve la ocasión de regalarles unas estampas con las imágenes del Santísimo Cristo de las Aguas y Nuestra Señora de los Dolores, al mismo tiempo que me hacían partícipe de sus recuerdos y de los sentimientos que les despertaba la Semana Santa. Me causó una especial sensación una señora de Triana que elogiaba fervorosamente a "su" Esperanza.
Desde sus sillas de ruedas o desde otras convencionales sacadas de la iglesia tuvieron la oportunidad de contemplar los pasos de nuestra Cofradía llenos de emoción.
Una vez que pasó delante de ellos la banda de música cerrando el cortejo los trasladamos de nuevo hasta la residencia, donde les esperaba la merienda recién preparada en el comedor.
Ojalá que esta iniciativa que inauguramos el Sábado Santo se convierta en una tradición y que cada año los abuelos de Guadalcanal y de fuera hospedados en la residencia "Hermana Josefa María" tengan la oportunidad de presenciar nuestra Estación de Penitencia. Ni que decir tiene que el abajo firmante pondrá todo su empeño.
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