El paso de palio -claveles blancos y rosas en la delantera- salía veinte minutos más tarde a los sones de María, interpretada a las puertas de la iglesia por la Banda de Música Nuestra Señora de Guaditoca. Los capataces, nuestros hermanos Francisco José Rivero y José Antonio Maldonado. En la presidencia, junto al Hermano Mayor y otro representante de la Junta de Gobierno, figuraba el Director Espiritual y Párroco de Guadalcanal, D. Juan Carlos de la Rosa. El discurrir de la Cofradía era más rápido que en años anteriores, yendo prácticamente unidos en todo momento los tramos de nazarenos de ambos pasos. A su llegada al final de la calle Andrés Mirón, como novedad- y por obras en Antonio Machado- el itinerario discurre por Tres Cruces (donde se hace una parada ante la casa de nuestro hermano D. Rafael Torrado) y Pozo Rico, donde empiezan a caer las primeras gotas de esa lluvia a la que ya deberíamos estar acostumbrados. Se pasa sin dificultad -gracias a la ayuda de una pértiga- bajo un cable que presentaba problemas de altura.
Con una antelación de más de media hora, el Santísimo Cristo de las Aguas se presentaba ante la remozada fachada de la iglesia de la Concepción, en la plaza de su mismo nombre. Las gotas de lluvia comenzaban a ser más consistentes y numerosas, por lo que se decidía aligerar el paso. A ritmo de tambor discurría por la calle San Sebastián el paso del Señor, mientras que el de palio avanzaba rápidamente tras él. Situados en la plaza de España se procedía a la entrada del paso del Santísimo Cristo de las Aguas; a las nueve y diez -una hora y cuarto antes del horario previsto- entraba el palio, poniendo fin así a una breve Estación de Penitencia malograda, un año más, por la lluvia. Sirva este somero comentario -junto a las fotografías tomadas por Rafi Nieto- como resumen del Sábado Santo de 2010. Otra vez será...
No hay comentarios:
Publicar un comentario