En la mañana del Viernes Santo de 1989, la Hermandad de las Tres Horas recorre las calles de Guadalcanal. El Señor de las Aguas está crucificado sobre un monte de claveles rojos rodeado por lirios morados. Al paso caoba lo vigilan cuatro hachones.
Nuestra Señora de los Dolores le sigue por entre las calles donde se pueden apreciar ambos pasos al mismo tiempo.
La Virgen de los Dolores es mecida entre balcones colgados de blancas paredes. La Dolorosa en su palio rebosante de flores y velas rizás avanza por las calles de la villa al son de marcha procesional.
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